BIOGRAFÍAS

 

DOS ILUSTRES ESCRITORES

VENEZOLANOS

FRANCISCO LAZO MARTÍ  Y ANTONIO ARRAIZ


FRANCISCO LAZO MARTÍ

           Francisco Lazo Martí, fue un poeta y médico venezolano, nacido en la ciudad de Calabozo (Venezuela) el 14 de marzo de 1869 y falleció en Maiquetía (Venezuela) el 8 de julio de 1909. Francisco Lazo Martí, junto con otros escritores venezolanos de gran renombre; como Rómulo Gallegos; encabezó en su país el movimiento literario del criollismo, el cual buscaba alejarse de todo lo exótico y así enaltecer lo propio y lo patrio de su país.

Siendo así que fue el máximo exponente venezolano de lo que en literatura se conoce como el nativismo criollo. La exaltación del campo, el repudio a la ciudad como espacio maligno y la contemplación del paisaje, el agro y la flora, fueron temas inspiradores que marcaron durante años la narrativa y la poesía venezolana. Lazo Martí, además de médico, dedicó su vida a la poesía. Empieza como redactor en 1892, fundando el periódico El Legalista, a través del cual apoyó la Revolución Legalista de Julián Crespo y desde donde hace campaña contra el continuismo político del presidente Raimundo Andueza Palacio.  Fue colaborador de El Cojo Ilustrado.En 1867 y despues de su matrimonio, regresa a Calabozo, su ciudad natal, donde comienza a dictar clases de literatura en uno de los mejores colegios.

En 1901 saca su obra cumbre, Silva criolla a un bardo amigo, donde impulsó el sentimiento convertido en movimiento literario de la poesía criollista, que contribuyó entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, a hacer del llano un espacio simbólico en Venezuela. Este poema recoge algunos tópicos literarios antiguos y universales; su originalidad, dentro de la más pura tradición de la literatura indigenista, radica en adaptar estos lugares al ámbito socio-cultural de la llanura, sabana o pradera venezolana, en donde el autor cree que se puede encontrar el amor de una mujer sencilla y la paz entre los seres humanos. Para escribir esta Silva criolla, Lazo Martí se sirvió de algunos ingredientes tomados de la prosa costumbrista y combinó otros elementos del romanticismo trágico con el ensueño y la evocación de su comarca natal. Su esposa fallece en 1903, lo que hace que Lazo Martí regrese a Puerto Nutrias. En 1905, contrae nuevas nupcias. Más tarde en 1907,  regresa a Calabozo. Enfermo de hemiplejia, lo trasladan a Caracas, y más tarde a Maiquetía, donde fallece en el 9 de agosto de 1909, de apoplejía cerebrovascular. Su poesía, más que regionalista, es nativista, y convierte, según la crítica literaria, lo local en un valor histórico y universal. Entre sus poemas más destacados, además de su Silva Criolla a un bardo amigo, se encuentran poemas como Crepusculares, Veguera, Flor de Pascua y Consuelo.

Silva criolla de Francisco Lazo Martí

Invitación
A un bardo amigo

1.  Es tiempo de que vuelvas:
es tiempo de que tornes...
No más de insano amor en festines,
con mirto y rosa y pálidos jazmines
tu pecho varonil, tu pecho exornes.
 
2.  Es tiempo de que vuelvas...
Tu alma –pobre alondra—se desvive
por el beso de amor de aquella lumbre
deleite de sus alas. Desde lejos
la nostalgia te acecha. Tu camino
se borrará de súbito en su sombra...
Y voz doliente de las horas tristes,
y del mal vivir oculto dardo,
el recuerdo que arraiga y nunca muere,
el recuerdo que hiere,
hará sangrar tu corazón, ¡Oh Bardo!
 
3.  No más a los afanes de la corte
humilles la altivez de tus instintos,
ni turbe de tus noches la armonía
falaz visión de pórticos y plintos,
y fúlgida terraza como el día.
Deja que de los años la faena
los palacios derrumbe,
donde el placer es vórtice que atrae
y deslumbrada la virtud sucumbe.
 
4.  Ven de nuevo a tus pampas. Abandonada
el brumoso horizonte
de apiñadas cumbres se corona.
Lejos del igneo monte
ven a colgar tu tienda. Ven felice,
ven a dormir en calma tus quebrantos,
y como el sol de la desierta zona
en viva inspiración ardan tus cantos.
 
5.  Guárdate de las cumbres...
Colosales, enhiestas y sombrías
las montañas serán eternamente
la brumosa pantalla de tus días.
Deja para otra gente
el gozo de mirar picos abruptos,
y queden para ti las alegrías
de ver, al despertar, alba naciente,
y de abrazar con sólo una mirada,
del Sur al Setentrión, y del ocaso
hasta el fúlgido Oriente,
la línea, el ancho lote, siempre al raso,
de la tierra natal.
 
6.¡Ah! de las cumbres,
baja la nieve a entumecer las almas:
las almas que han soñado en el desierto
a la rebelde de sombra de las palmas
y bajo el cielo azul, claro y abierto.
 
7.  Libra tu juventud! el rumbo tuerce
de la fastuosa vía
en la que el vicio su atracción ejerce
y se tiñe de rosa la falsía:
donde el amor procaz vive a su antojo,
y cubierta de pámpanos la frente
celebra en la locura del despojo
parda penumbra y carnación turgente.
Si es oro la lisonja al bravo y ero
Señor– de cuantos míseros se humillan –
desprecia el arte vil, por lisonjero,
en que nombres y almas se mancillan;
y si quieres al  que no te alcance
de la vergüenza el dardo,
de igual manera que al hiriente cardo,
a la pasión venal esquiva el lance.
 
8.  Es tiempo de que vuelvas:
es tiempo de que tornes.
No más de insano amor en los festines
con mirto y rosa y pálidos jazmines
tu pecho varonil, tu pecho exornes.

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ANTONIO ARRAIZ 

       Antonio Arraiz, fue un poeta, novelista, cuentista y ensayista venezolano, nacido en Barquisimeto (estado Lara) el 27 de marzo de 1903. Falleció en Westport (Estados Unidos) el 16 de septiembre de 1962) . De 1912 a 1916 recibe clases en el Colegio Católico Alemán. En 1919, con dieciséis años, viaja a los Estados Unidos, donde quería cumplir su sueño de ser actor y aviador.​ En 1922 regresó a Venezuela, y comenzó a practicar varios deportes.​


Participó en las protestas estudiantiles de 1928  contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, dictador que gobernaba a Venezuela para la época. Arraiz fue encarcelado en La Rotunda y en su ciudad natal (1928-1933). Desde prisión escribió el libro Los lunares de la Virreina. Se exilió en Ecuador y Colombia; regresó a Venezuela en abril de 1936. Como poeta no se lo puede ligar ni a la llamada Generación del 28 ni a la Vanguardia de 1928, aunque estuvo más cercano a esta última. En 1924 había publicado Áspero, su primer poemario, considerado novedoso en su momento ya que rompió las tendencias literarias de la época, el Romanticismo y el Nativismo. Áspero, junto con Puros hombres (1938) y los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo (1945), su obra más leída. En 1932 se publicó en Argentina su poemario Parsimonia.

Es importante aclarar que, si bien los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo es su obra más popular, estas no son historias originales de su autoría, sino una recopilación de cuentos cuyo origen se remonta al folclore de las tribus africanas que fueron traídas como esclavos a las colonias. Estas tribus contaban historias de una liebre pícara, que vencía a un chacal usando su astucia. Estos personajes, con el paso de los años, fueron venezolanizados, convirtiéndolos en un tigre y un conejo, y sus historias fueron transmitidas de forma oral a través de las generaciones hasta ser recopiladas por Arráiz.​
En 1935 es liberado, y comienza a trabajar el diario El Heraldo, de Barquisimeto. Es nuevamente apresado y desterrado, y vive en Ecuador y Colombia hasta su regreso en 1936 a Venezuela, con el gobierno de Eleazar López Contreras, donde ocupó varios cargos públicos, como secretario de la Gobernación del estado Carabobo y en la delegación venezolana ante la ONU.​ En 1943 participa en la fundación del diario  

El Nacional, ocupando el cargo de director hasta 1948.​También se desempeñó como periodista en el diario Ahora y en la revista Élite, de la que fue jefe de redacción. En 1948 se establece definitivamente en los Estados Unidos, exiliado tras el derrocamiento del gobierno de Rómulo Gallegos, donde finalmente fallece​. En 1966 el INCIBA (Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes) publicó su Suma Poética. Otras de sus obras relevantes son: Dámaso Velásquez (1943), reeditado en 1956 con el título El mar es un potro. Todos iban desorientados (1951) y El diablo que perdió su alma (1954). Escribió también libros de texto, de historia y geografía venezolana, para la enseñanza en colegios primarios y secundarios.

Poema de Antonio Arraiz

EXALTACIÓN

Lenguaje mío:
conviértete en loco tropel
al decir la exaltación.

Más que todos los hombres;
que todos los hombres de todos los tiempos
que vivieron sus vidas remotas;
más que todos los hombres
yo quiero vivir.

Más que los hombres que arañaba
la tierra parduzca,
con todo el cuerpo y toda el alma
apoyando su peso al arado,
detrás del paso de bueyes isócronos,
mientras el sol recorría el espacio.

Más que los hombres
que salían, sonoros de hierro,
agitando las armas
por la senda de guerra.

Más que los hombres
que se propusieron
desentrañar las cosas vedadas,
y poco a poco rasgaron
el velo de dios.

Más que todos los hombres
que han comido y dormido;
más que todos los hombres que amaron;
más que todos los afanes humanos;
más que todas las vidas;
más aún! yo quiero vivir.

Más que todos los dioses.
Más aún que los dioses yo quiero vivir.
Está el cielo sin nubes.
Ahoga tanta azul claridad.
Tres mil quinientas palmeras
se mecen a compás.
Grita el mar sus roncos
quejidos lujuriosos.
Un revuelo de albas palomas
rasga el azul del cielo.
Estoy en el trópico.

y como un ser extrahumano,
como un dios,
como un dios eternamente sediento,
quiero reír y cantar y sufrir
y llorar y vivir y morir.
Más que todas las cosas:
quiero vida! quiero vida!

Que todo lo bueno y que todo lo malo
me caiga!
Como un titán extrahumano,
soportaré todos los dolores humanos,
saborearé todos los goces humanos.

Cómo me horroriza
la insensibilidad de las rocas!



 

 

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DOS ESCRITORES VENEZOLANOS 

                       NACIDOS EN  ENERO

JUAN ANTONIO PEREZ BONALDE

Y

JULIO GARMENDIA

 

JUAN ANTONIO PEREZ BONALDE

            

           Pérez Bonalde nació en Caracas en 1846, el 30 de enero. Fue el noveno hijo del matrimonio integrado por Juan Antonio Pérez Bonalde y Gregoria Pereyra. Huyendo de la guerra federal, la familia Pérez Bonalde se traslada a Puerto Rico en 1861. Para sostenerse, fundan un Colegio, donde el joven poeta, de quince años, se desempeña como Profesor.

¿Qué formación tiene Pérez Bonalde para ese entonces? Se dedicaba especialmente a la música, el dibujo y al estudio de idiomas extranjeros. En la isla de San Tomás; a la que se traslada la familia desde Puerto Rico; Pérez Bonalde se emplea como tenedor de libros. En 1864 una vez que la situación política de Venezuela se ha pacificado, los Pérez Bonalde retornan a Caracas y planifican otro colegio, semejante al de Puerto Pico. La muerte repentina del padre de Juan Antonio, aborta el proyecto. Entre 1864 y 1870 Pérez Bonalde vive en Caracas. Trabaja como puede para ganarse la vida. Interviene en política con el Partido Liberal. En 1870 llega a la primera magistratura de Venezuela el General Guzmán Blanco, de quien Pérez Bonalde es enemigo político. El poeta se va de Venezuela en aquel año de1870.
Vuelve por poco tiempo en 1876, y no regresa definitivamente hasta 1889, llamado por el gobierno del Dr. Raimundo Andueza Palacio. En estos dieciocho años largos, su centro de operaciones es Nueva York. Se emplea en la casa Lenman y Kemp-Barclay y Cía., y viaja por casi todo el mundo como representante de esta firma. Tiene oportunidad de aprender idiomas y de perfeccionar los que ya sabe. Se convierte en un extraordinario políglota y en excepcional traductor de poesía. En 1879 se casa con Amanda Schoonmaker. La unión de esta pareja es desafortunada. En el dolor del exilio, nace una hija, Flor. El poeta concentra en ella sus afectos y alegrías. Le espera, sin embargo, un rudo golpe. La niña fallece en 1883. De esta trágica circunstancia brota esa conmovedora elegía que lleva por título Flor. Sus lecturas, su vida errante, su aguda sensibilidad, ciertos aconteceres aciagos, su trágica vida, todo lo va conduciendo al escepticismo. A partir de aquel terrible 1883, no vuelve a publicar libros de poesía propia. José Antonio quiere escaparse de la realidad, y no lo hace a través de su  paisaje poético, sino por el alcohol y  las drogas. Su salud comienza a resentirse. Quienes lo conocen y lo tratan; como José Martí; advierten en él un aire de melancolía profunda, y de tedio vital. Poco a poco llega a los límites del nihilismo. A la total incredulidad, a una falta de fe en el presente y en el porvenir. Testimonio son unos párrafos de su libro  Memorias, dados por el poeta a la prensa caraqueña. En 1889, bastante quebrantado de salud, regresa definitivamente a Venezuela Una hemiplejia agrava su situación. Y el 4 de octubre de 1892 fallece en La Guaira. Once años después en 1903, sus restos son trasladados a Caracas en medio de solemnes honras fúnebres. Y desde 1946, centenario de su nacimiento, sus cenizas reposan en el Panteón Nacional, en Caracas.

La obra poética original de Pérez Bonalde está representada por dos Poemarios: Estrofas (1877) y Ritmos (1880). En ellos, reúne poemas escritos en diversos lugares. En ambas obras, nos deja la huella de un poeta intimista y sincero, que no imita a los maestros del Romanticismo europeo, sino que se nutre  de su propia experiencia vital. Su poesía, perdurable por ello, y por el fino e ilustrado espíritu de su creador, se encuentra relacionada de inmediato con algunos de los grandes aconteceres de una existencia errante y dolorosa. Uno de sus mejores y más famoso poema de Juan Antonio Perez Bonalde es un canto de desterrado. Se titula Vuelta a la Patria, escrito en 1876. En este poema nos muestra una doble motivación: la alegría del regreso a la madre patria y el dolor ante la muerte de su madre carnal. Es por esto, que este poema Vuelta a la patria, ha sido considerado el mejor poema entre todos los numerosos cantos de exilio que se escribieron en Hispanoamérica. De la pluma excepcional de Juan Antonio Perez Bonalde, surgieron otros magníficos poemas como Pobre poeta, Poema del Niágara, entre otros.

Extracto de Vuelta a la Patria

Juan Antonio Pérez Bonalde


¡Tierra!, grita en la proa el navegante
y confusa y distante,
una línea indecisa
entre brumas y ondas se divisa;
poco a poco del seno
destacándose va del horizonte,
sobre el éter sereno,
la cumbre azul de un monte;
y así como el bajel se va acercando,
va extendiéndose el cerro
y unas formas extrañas va tomando;
formas que he visto cuando
soñaba con la dicha en mi destierro.
Ya la vista columbra
las riberas bordadas de palmares
y una brisa cargada con la esencia
de violetas silvestres y azahares,
en mi memoria alumbra
el recuerdo feliz de mi inocencia,
cuando pobre de años y pesares,
y rico de ilusiones y alegría,
bajo las palmas retozar solía
oyendo el arrullar de las palomas,
bebiendo luz y respirando aromas.
Hay algo en esos rayos brilladores
que juegan por la atmósfera azulada,
que me habla de ternuras y de amores
de una dicha pasada,
y el viento al suspirar entre las cuerdas,
parece que me dice: « ¿no te acuerdas?».
Ese cielo, ese mar, esos cocales,
ese monte que dora
el sol de las regiones tropicales…
¡Luz, luz al fin! Los reconozco ahora:
son ellos, son los mismos de mi infancia,
y esas playas que al sol del mediodía
brillan a la distancia,
¡oh, inefable alegría,
son las riberas de la patria mía!
Ya muerde el fondo de la mar hirviente
del ancla el férreo diente;
ya se acercan los botes desplegando
al aire puro y blando
la enseña tricolor del pueblo mío.
¡A tierra, a tierra, o la emoción me ahoga,
o se adueña de mi alma el desvarío!
Llevado en alas de mi ardiente anhelo,
me lanzo presuroso al barquichuelo
que a las riberas del hogar me invita.
Todo es grata armonía; los suspiros
de la onda de zafir que el remo agita;
de las marinas aves
los caprichosos giros;
y las notas suaves,
y el timbre lisonjero,
y la magia que toma
hasta en labios del tosco marinero,
el dulce son de mi nativo idioma.
¡Volad, volad, veloces,
ondas, aves y voces!
Id a la tierra en donde el alma tengo,
y decidle que vengo
a reposar, cansado caminante,
del hogar a la sombra un solo instante.
 
Vuelta a la Patria, es un magnífico poema . Pueden leerlo completo en este enlace: https://ciudadseva.com/texto/vuelta-a-la-patria/
Fuente de consulta: http://www.efemeridesvenezolanas.com/html/bonalde.htm
 
 
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 JULIO GARMENDIA


Nació en El Tocuyo, estado Lara, el 9 de enero de 1898, y falleció en Caracas el 8 de julio de 1977. Autor de una obra recogida en cuatro volúmenes, es uno de los cuentistas y autores de relatos más innovadores de América Latina. Su infancia transcurrió en una hacienda cercana a El Tocuyo.


Cursó estudios de primaria y secundaria en Barquisimeto y publicó sus primeros escritos en las páginas del periódico estudiantil Excelsior y en los diarios El Eco Industrial y El Impulso. Se trasladó con su padre a Caracas en 1915, hasta 1924, donde publicó relatos, crónicas y poemas en periódicos y revistas de la capital. Esta parte de su obra fue recogida después de su muerte en sendos libros titulados: Opiniones para después de la muerte (1984) y La ventana encantada(1986).


Comenzó en aquellos años a escribir los relatos que integran su libro más reputado: La tienda de muñecos (París, 1927). Empleado en el Ministerio de Fomento en 1923, aprovechó una misión técnica a Roma, en mayo de 1924, para permanecer en Europa durante 16 años. Fue agregado civil de la Legación de Venezuela en Francia(1926) y cónsul en Génova (1929-1936).

Regresó a Venezuela al estallar la Segunda Guerra Mundial. Desde 1939 hasta su muerte residió modestamente en dos hoteles de Caracas, el Pensilvania y el Cervantes. En el Cervantes conoció en 1947 a la estoniana Hilda Kehrig, a quien estuvo sentimentalmente unido hasta su muerte.

Apartado de los círculos intelectuales, escribió en soledad otro conjunto de relatos, recogidos bajo el título La tuna de oro (1951). De los numerosos relatos inéditos que dejó al morir, sólo ocho han sido publicados en el volumen, La hoja que no había caído en su otoño (1979). Falleció en Caracas el 8 de julio de 1977.En 1973 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura en Venezuela, en 1976 le otorgaron la medalla Honor al Mérito.


 LA CANCIÓN                           


Oh, grata canción de amores,

ingenua y sentimental,
que viene en alas del aura
de la mañana pascual.

La brisa trae fragancias
de albahacas y verbenas,
y la romanza memorias
de alegrías y de penas.

En la mañana de enero
con frescor de amanecer
por sobre todas las cosas
está una voz de mujer.


De alegrías y pesares, 
de ilusiones y memorias 
están llenas las mañanas 
de diciembre transitorias.

Julio Garmendia.

LOS CAMINOS CELESTES

A Josefina Iribarren

Un día venidero
de esos negros caminos yo seré pasajero,
la noche será aurora, la muerte será vida
y en la tierra que piso me sentiré extranjero
porque el alma aterida
tras de su afán viajero
recorrerá el sendero
de la estrella perdida y el remoto lucero…

Julio Garmendia.
Poemas en el libro Opiniones para después de la muerte (1917-1924) (Monte Ávila Editores- 1984).

 

 

 

 


 

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 DOS ESCRITORES VENEZOLANOS 

NACIDOS EN OCTUBRE

 TERESA DE LA PARRA

Y

MIGUEL OTERO SILVA

 

TERESA DE LA PARRA

          Ana Teresa de la Parra Sanojo, fue hija de padres venezolanos, quienes para esa época, se encontraban en París, y allí nació el 5 de octubre de 1889, falleciendo en Madrid el 23 de abril de 1936; y quien fuera más conocida como Teresa de la Parra;

siendo una de las grandes escritoras de los siglos XIX y XX y considerada una de las escritoras más destacadas de su época. A pesar de que la gran parte de su vida transcurrió en el extranjero, supo expresar en su obra literaria el ambiente íntimo y familiar de la Venezuela de ese entonces. .Incursionó en el mundo de las letras de la mano del periodismo, escribió dos novelas que la inmortalizaron en toda América del Sur: Ifigenia y Memorias de Mamá Blanca. Se dice que estas obras fueron escritas en un estilo libre del criollismo o estilo pintoresco que estaba tan en boga para su época. Su novela más conocida Ifigenia, planteó por primera vez en el país el drama de la mujer frente a una sociedad que no le permitía tener voz propia y cuya única opción de vida, según la sociedad, era el matrimonio legalmente constituido. Por ello, el título de Ifigenia remite al personaje griego y al sacrificio.

Teresa de la Parra Tuvo cinco hermanos: dos hermanos mayores, Luis Felipe y Miguel, y tres hermanas menores, Isabelita, Elia, y María del Pilar. La familia volvió a Venezuela cuando De la Parra ya tenía dos años de edad. Su familia formaba parte de la aristocracia venezolana y al sector de los terra- tenientes. En la hacienda de caña El Tazón, cercana a Caracas, Teresita  pasa su infancia. Tan provinciana vida se trastoca seis años después, al morir repentinamente su padre. Es una niña de once años cuando su familia decide fijar residencia en Europa e instalarse  en Mislata (Valencia de España), y Teresa es internada en el colegio religioso Sagrado Corazón de Godella (Valencia). Allí comienza a expresar su inquietud por la poesía. Las obras literarias de Teresa de la Parra son altamente influenciados por Romain Rolland, Gustave Flaubert, Marie Henri Beyle (Stendhal), Guy de Maupassant, y autores contemporáneos Pierre Loti, Maurice Maeterlinck, Alphonse Daudet, Anatole France, y las mujeres francesas escritoras, Gyp, Marcelle Tynaire, Sidonie-Gabrielle Colette y Ana de Noailles. A la edad de 19 años, escribe un hermoso el poema que la lleva a ganar un primer premio. En 1910, los Parra Sanojo están de vuelta en Caracas. Viven en una casa de estilo colonial, situada entre las esquinas de Torre y Veroes. En las tertulias que allí se organizan, y en frecuentes reuniones que se dan en los cafés o "botellerías" de la Caracas de principios del siglo XX, la joven escritora toma apuntes sobre los modismos del español caraqueño, de sus maneras, de sus variantes. Tiene una gran fascinación por el habla coloquial, pero, a diferencia de lo que estila el costumbrismo, reproducirla no será el fin de su obra, se trata sólo de un recurso para contar historias. En 1915 bajo el seudónimo de Fru-Fru, de la Parra publicó dos cuentos «Un evangelio indio: Buda y la leprosa» y «Flor de loto: una leyenda japonesa» en el periódico El Universal. Otros cuentos de este periodo no se publicaron hasta 1982 , tales como: «El ermitaño del reloj», «El genio del pesacartas» y «La historia de la señorita grano de polvo, bailarina del sol».​ Asimismo, en 1920 publicó en la revista Actualidades, dirigida por Rómulo Gallegos, su «Diario de una caraqueña por el Lejano Oriente», que en realidad es una ficción basada en las cartas enviadas por su hermana en numeroso viajes. Ese mismo año, de la Parra publicó «Mama X» en un concurso nacional de cuento patrocinado por el diario El Luchador y ganó un premio especial. En vista de su éxito, José Rafael Pocaterra, editor de la revista Lectura Semanal, la invitó a publicar «Diario de una señorita que se fastidia» en la revista y emitió seis mil copias que se vendieron a cabo en unos pocos días.

En 1923 se traslada a París. En 1924 publicó bajo el seudónimo de Teresa de la Parra, su primera y más famosa novela Ifigenia, la cual la llevó a participar en un concurso literario en París, auspiciado por el Instituto Hispanoamericano de la Cultura Francesa, obteniendo el primer premio.

Su fama creció hasta convertirse en una de las escritoras más destacadas de Latinoamérica y colocarse al lado de Gabriela Mistral, con quien mantuvo una estrecha amistad. En 1929 publicó su segunda novela, Memorias de Mamá Blanca  en español y en francés. Teresa De La Parra ​aclaró que su feminismo era moderado, y ella ​ definía la identidad femenina de un modo abierto, alegando que una escritora femenina no tiene que limitarse al tema de amor, y no es en la temática donde se identifica.​ Como consecuencia de perder la batalla contra la tuberculosis y el asma, Teresa de la Parra murió el 23 de abril de 1936. Desafortunadamente, Parra nunca tuvo la oportunidad de escribir una autobiografía y los críticos se quedaron sin interpretar partes desconocidas de su vida a través de su literatura. 

Fuente de consulta: Wikipedia / Biografia de Teresa de La Parra:Biografías y vidas. 

 

MIGUEL OTERO SILVA

                  Miguel Otero Silva nació en Barcelona, Venezuela, en 1908 , falleció en Caracas, en 1985. Fue un gran  poeta, novelista y periodista venezolano, uno de los máximos exponentes de la literatura social en su país. Miguel Otero Silva participó activamente en las revueltas estudiantiles de febrero de 1928 y también en la conspiración militar del 7 de abril de ese año y la aventura, al año siguiente, de una proyectada invasión por las costas de Falcón. Estos fueron los síntomas anunciadores de lo que iba a ser su actitud vital más constante: una pasión genuina por la justicia social, la insumisión ante las tiranías, la fe en las posibilidades de transformación de la sociedad venezolana. 

Oriundo de Barcelona, la capital del estado Anzoátegui, su padre, Henrique Otero Vizcarrondo, pertenecía a una familia de hacendados que se enriqueció al descubrirse que sus tierras atesoraban asfalto y petróleo. Cuando tenía seis años, Miguel se trasladó a Caracas con su familia, que se instaló en el barrio de La Pastora. Cursó estudios en el San José de Los Teques y en el Liceo Caracas, que dirigían Luis Ezpelosín y Rómulo Gallegos. En las aulas de este plantel coincidió con un grupo de jóvenes estudiantes que iban a constituir la élite intelectual y política del país después de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez: Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Isaac J. Pardo, Rafael Vegas. En 1924, con quince años, Miguel Otero Silva había concluido sus estudios de bachillerato, y su padre, alentado por el talento matemático del hijo, lo instó a que estudiara ingeniería civil. Ese mismo año se inscribió para cursar esta carrera en la Universidad Central de Venezuela, y efectivamente la cursó hasta el final. Pero ya sus intereses eran otros, y Miguel Otero no se molestó siquiera en recoger su título de ingeniero. Había empezado a escribir y, sobre todo, había descubierto el periodismo, que será, con la política y la literatura, su otra actividad constante. Con el seudónimo Miotsis dio sus primeros brochazos humorísticos en las páginas del periódico Fantoches y la revista Caricaturas. En enero del año decisivo de 1928 circuló en Caracas el número, destinado a ser único, de una revista titulada Válvula. Allí podía leerse un editorial que, a primera vista, se limitaba a exponer el ideario estético de una generación de venezolanos que descubría, tardíamente pero con bríos, las grandes vanguardias que desde 1910 sacudían Europa: Futurismo, Dadaísmo, Ultraísmo. Sin embargo, entre líneas podía adivinarse la aparición aún tímida de un espíritu de revuelta dirigido no solamente contra anquilosadas formas artísticas, sino también contra una sociedad provinciana, aherrojada por un caudillo atávico.

A la luz de la revuelta estudiantil que se produjo apenas un mes después de su publicación, hay frases del editorial de Válvula que resuenan como una amenaza de cambio inminente: "Abominamos todos los medios tonos, todas las discreciones, sólo creemos en la eficacia del silencio o el grito. Válvula es la espita de la máquina por donde escapará el gas de las explosiones del arte futuro". Las firmas que acompañaron este manifiesto con forma de editorial son un compendio de intelectuales que dejarán una obra perdurable y de futuros actores del cambio político y social que vivirá el país a partir de 1936: Arturo Uslar Pietri, Antonio Arráiz, Miguel Otero Silva, Fernando Paz Castillo, José Antonio Ramos Sucre y José Nucete Sardi, entre otros. A diferencia de otros jóvenes, como Antonio Arráiz y Andrés Eloy Blanco, Miguel Otero Silva pudo huir del país tras la intentona fallida protagonizada por un grupo de militares en abril de ese mismo año. Desde el exilio se sumó, en 1929, a otra fallida aventura, liderada esta vez por Gustavo Machado y Rafael Simón Urbina. Un año después, el joven prófugo se afilió al Partido Comunista Internacional, y por estas fechas comenzó a escribir Fiebre. De España fue deportado a Francia, donde se afilió también al Partido Comunista Francés. La muerte del dictador Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935, le permitió regresar al país, donde sacó a relucir brillantemente su vena humorística escribiendo Sinfonías tontas, versos satíricos publicados en el diario Ahora con el seudónimo Mickey. El régimen de Eleazar López Contreras no le vio gracia al asunto, y de nuevo tuvo Miguel Otero que refugiarse fuera del país, esta vez en México; donde publicó su primer libro, el poemario Agua y cauce; y posteriormente en Estados Unidos, Cuba y Colombia. Inicialmente, Miguel Otero Silva pareció desligarse de los acontecimientos políticos de su país y volcarse, como militante comunista, en las dos grandes conflagraciones que sacudieron Europa: la Guerra Civil española y el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Con todo, regresó a Venezuela en 1939, y un año después publicó Fiebre, la novela de aquella
generación del 28 que había tomado las calles de Caracas para protestar contra el tirano, llevada al cine por Juan Santana en 1976 con un guión de Salvador Garmendia. La década de 1940 fue crucial para Otero Silva, quien se dedicó de lleno al periodismo. En 1941 fundó, con Francisco José Kotepa Delgado y el caricaturista Claudio Cedeño,el semanario humorístico El Morrocoy Azul, donde publicaron: el veterano Francisco Pimentel Job Pim, Antonio Arráiz, Andrés Eloy Blanco, Aquiles Nazoa e Isaac J. Pardo. También ese mismo año participó en la fundación de ¡Aquí está!, semanario de izquierda.
Otero contó con el respaldo económico de su padre: en 1943, después de viajar a Estados Unidos y adquirir una imprenta para El Morrocoy Azul, Henrique Otero decidió fundar un periódico. El 3 de agosto de ese año salió a la calle por primera vez El Nacional, que habría de convertirse en el periódico venezolano de referencia, con una tirada incluso superior a la del más conservador El Universal. El primer jefe de redacción de El Nacional fue, lógicamente, Miguel Otero Silva, y su primer director, Antonio Arráiz. En 1946, Miguel Otero contrajo matrimonio con la periodista María Teresa Castillo, quien se convertirá, a partir de la década de 1960, en una de las figuras más relevantes de la vida cultural del país como directora del Ateneo de Caracas. Antes de finalizar la década, Miguel Otero Silva se graduó de periodista en la Universidad Central de Venezuela y fue designado presidente de la Asociación Venezolana Periodistas.
A partir de la década de 1950, ya asentada su carrera periodística, Otero Silva se dedicó de lleno a la literaria. Se instaló en tierras llaneras, en el estado Guárico, donde investigó el auge del pueblo de Ortiz y su casi total extinción debido a las fiebres palúdicas, para verter luego sus observaciones en su segunda novela, Casas muertas, publicada en Buenos Aires en 1955 y por la que recibió el Premio Arístides Rojas y el Nacional de Literatura. "No obstante el aporte de Fiebre a la contemporaneidad del género (prosigue Garmendia) la más popular de las novelas de Otero Silva sigue siendo Casas muertas, por la madurez del estilo, la persistencia del humor, aun dentro del tono elegíaco que envuelve la agonía y desaparición del pueblo de Ortiz y el éxodo de sus moradores. en diciembre de 1958". Ese mismo año publicó Elegía coral a Andrés Eloy Blanco y obtuvo el Premio Nacional de Periodismo. Utilizó la influencia que le dio el cargo de senador para impulsar en 1969 la creación del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA), sustituido en 1975 por el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), que también contribuyó a fundar. En 1961 publicó la novela Oficina n.º 1. En Oficina n.º 1 auscultó la Venezuela petrolera, y en su siguiente novela, La muerte de Honorio (1963), retrató las luchas políticas contra el régimen de Pérez Jiménez. En 1965, junto a su retorno a la poesía con La mar que es el morir, publicó uno de sus libros de versos satíricos más populares, Las celestiales, en el que atacó cruda y jocosamente a la Iglesia, con el seudónimo Iñaqui de Errandonea. Su última novela centrada en acontecimientos políticos del país, Cuando quiero llorar no lloro (1970), se convirtió en una obra mítica para la generación que vivió los movimientos de guerrilla de la década de 1960, y tres años después fue llevada al cine por Mauricio Wallerstein. Los últimos quince años de su vida los dedicó Miguel Otero al  humorismo, con el estreno de una versión hilarante de Romeo y Julieta (1975), y a escribir dos novelas históricas: Lope de Aguirre, príncipe de la libertad (1971) y La piedra que era Cristo, publicada en 1984, un año antes de su muerte. 
Datos aportados por:Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Miguel Otero Silva». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004.

 

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DOS ESCRITORES VENEZOLANOS 

NACIDOS EN SEPTIEMBRE

ALBERTO ARVELO TORREALBA
Y
JOB PIM
 
ALBERTO ARVELO TORREALBA
                         (el poeta del llano)
          Alberto Arvelo Torrealba nació el 3 de septiembre de 1905 en Barinas, fue uno de los intelectuales más
completos de Venezuela. Su poesía dio identidad al llano venezolano con el cantar de Florentino y el Diablo. Alberto Arvelo Torrealba se crió en el seno de una familia intelectual
 Se trasladó a la capital (Caracas), para cursar estudios de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela, donde alcanzó el grado de Doctor en 1935. Ejerció como profesor de castellano y literatura, y como Presidente del Consejo Técnico de Educación en 1940; al año siguiente es designado como Gobernador del Estado Barinas, hasta 1944. En la década del cincuenta formó parte del cuerpo de Embajadores de la República, así como Ministro de Agricultura y Cría.
          La obra literaria más conocida de Alberto Arvelo Torrealba es su famoso poema Florentino y el Diablo (1940) que canta la aventura del catire Florentino quien debe enfrentar al Diablo en una disputa de versos que recorren la cultura del llano y muestran la importancia de la fe sincrética que lleva el venezolano. El autor realizó dos correcciones en la década del 50, y ha sido motivo de importantes adaptaciones al cine y la televisión. El poeta venezolano Alberto Arvelo Torrealba supo retratar con palabras la tradición y la idiosincrasia del llano de Venezuela, que plasmó en sus poemarios, cancioneros y ensayos, que le valieron el Premio Nacional de Literatura de 1968 por su ensayo Lazo Martí: vigencia en lejanía, y su incorporación a la Academia de la Lengua como Individuo de Número. Alberto Arvelo Torrealba muere en Caracas el 28 de marzo de 1971, a sus 65 años.
FRAGMENTO DEL POEMA FLORENTINO Y EL DIABLO 
El reto
El coplero Florentino
por el ancho terraplén
caminos del Desamparo
desanda a golpe de seis.
Puntero en la soledad
que enlutan llamas de ayer,
macolla de tierra errante
le nace bajo el corcel.
Ojo ciego el lagunazo
sin garza, junco ni grey,
dura cuenca enterronada
donde el casco da traspié.
Los escuálidos espinos
desnudan su amarillez,
las chicharras atolondran
el cenizo anochecer.
Parece que para el mundo
la palma sin un vaivén.
El coplero solitario
vive su grave altivez
de ir caminando el erial
como quien pisa vergel.
En el caño de Las Ánimas
se para muerto de sed.
y en las patas del castaño
ve lo claro del jagüey.
El cacho de beber tira,
en agua lo oye caer;
cuando lo va levantando
se le salpican los pies,
pero del cuerno vacío
ni gota pudo beber.
Vuelve a tirarlo y salpica
el agua clara otra vez,
mas sólo arena sus ojos
en el turbio fondo ven.
Soplo de quema el suspiro,
paso llano el palafrén,
mirada y rumbo el coplero
pone para su caney,
cuando con trote sombrío
oye un jinete tras él.
Negra se le ve la manta,
negro el caballo también;
bajo el negro pelo'e guama
la cara no se le ve.
Pasa cantando una copla
sin la mirada volver:
—Amigo, por si se atreve,
aguárdeme en Santa Inés,
que yo lo voy a buscar
para cantar con usté.
Fuente de consulta: https://www.ivenezuela.travel/
                                                     *******************
 
JOB PIM
FRANCISCO PIMENTEL AGOSTINI 
 
         Francisco Pimentel Agostini, más conocido como Job Pim, nació en Caracas el 1 de septiembre de 1889, y murió en Caracas, el 12 de agosto de 1942. Junto a Leoncio Martínez (Leo)
y Aquiles Nazoa, representa a uno de los más importantes poetas y humoristas del siglo XX venezolano. Fueron sus padres Francisco Pimentel Anderson y Margarita Agostini Caspers.
Creció en un ambiente familiar que estimuló su afición por la literatura. En este sentido, tanto su abuelo como su madre habían incursionado en el periodismo. Inició la escuela primaria en el colegio de Teresa Pérez Bonalde y cursó bachillerato en el colegio Santa María (ubicado entre las esquinas de Velásquez y Santa Rosalía de Caracas). Entre 1909 y 1912, realizó estudios de derecho que no llegó a culminar, ya que durante este lapso comprobó que su verdadera pasión y vocación era la literatura. Aunque fue un destacado poeta lírico como lo demuestran los versos de su obra Graves y Agudos, editada originalmente en 1940; se le conoce fundamentalmente por su obra humorística que se desarrolló bajo el seudónimo de Job Pim, la cual lo hace uno de los más importantes humoristas en verso que ha dado Venezuela.
Su carrera periodística comenzó en El Nuevo Diario,en 1913, con una sección titulada «Pitorreos». Luego de estos inicios pasó a ser colaborador en los diarios El Universal y El Heraldo,además de escribir en las revistas El Cojo Ilustrado y Élite.
             En 1923 participa junto a Leoncio Martínez (Leo) en el semanario Fantoches,  con quien había fundado en 1917, otra revista denominada Pitorreos, que poco después, se convirtió en diario. A partir de las páginas de este órgano de prensa, se proyectó Job Pim como un vehemente opositor al régimen de Juan
Vicente Gómez, lo cual le costó su salida de Pitorreos el 17 de enero de 1919, y el comienzo de un largo peregrinaje de 9 años por las distintas cárceles del país. Al morir Gómez, fue designado cónsul de Venezuela en Valencia (España), cargo que desempeñó hasta el comienzo de la Guerra Civil Española (18.7.1936), cuando el canciller Esteban Gil Borges le ordenó regresar al país. Después de la guerra (1939) volvió a España, pero su estado de salud le obligó a regresar a Caracas en 1940, donde reanudó su actividad periodística hasta su muerte.
Fuente de consulta: https://www.venezuelatuya.com 
 
LA BORDADORA
 A mi hermano Luis Rafael

 Al umbral de su aposento y en la misma mecedora
que ocupara tantas noches sin dormir, hora tras hora,
en espera
del muchacho calavera despegado del hogar,
debe estar mi madre ahora
trabajando con sus manos, con sus manos de señora
que no saben trabajar;
con sus manos que eran lirios
y que más de cinco lustros de domésticos martirios
no lograron mancillar.
Fuente de consulta: http://gury.orgfree.com/pim02.htm 
 

       **********
 
DOS VENEZOLANOS ILUSTRES
 RÓMULO GALLEGOS 
Y
ANDRÉS ELOY BLANCO
 
           En este mes de agosto, resaltan las efemérides, para celebrar el nacimiento de dos ilustres escritores venezolanos:
Rómulo Gallegos, nacido el 2 de agosto de 1884 en Caracas y Andrés Eloy Blanco doce años más tarde, el 6 de agosto de 1896 en Cumaná, ambos de trascendente vida pública y literaria en el país a mediados del siglo pasado.
          En este número de LETRA FINA, vamos a dedicar un pequeño homenaje a estos dos grandes escritores, que a veces han sido un poco olvidados, al dar paso a las nuevas generaciones. 
               RÓMULO GALLEGOS: es considerado el novelista venezolano más relevante del Siglo XX y de los más grandes escritores latinoamericanos. Fue también el primer presidente venezolano por votación universal, directa y secreta. Ingresó a la Universidad Central de Venezuela para estudiar Derecho, pero lo abandona en 1905. Como dramaturgo compartió con sus compañeros de la revista Alborada la pasión por el teatro y en 1920 escribió su primera novela, “El último Solar”, reeditada como “Reinaldo Solar” en 1930. En 1922 escribe “La rebelión”  y “El forastero” publicada en 1942, en 1925 “La Trepadora”. De regreso de Europa en 1928 va al estado Apure, conoce el diario vivir del llanero venezolano y nace al año siguiente “Doña Bárbara”, su novela más importante y clásico de la literatura hispanoamericana, publicada en Barcelona, España, el 15 de febrero de 1929, donde describe el llano venezolano y a la Venezuela de entonces, retrato hablado de las corruptelas del poder y atraso, tierra de traición, despotismo, machismo, insalubridad, latifundismo, crueldad, falta de libertad, injusticia y brujería. Novela excelente que recomiendo ampliamente a los lectores. Por mi parte, la he leído tres veces, y cada vez encuentro algo nuevo que me hace adentrar en la vida del llano venezolano.  En 1931, a consecuencia de diferencias con el entonces presidente de Venezuela, el dictador Juan Vicente Gómez, rechaza el cargo de senador por el estado Apure y voluntariamente sale al exilio a Nueva York y más tarde a España, donde publica “Cantaclaro”, (1934) y “Canaima” (1935). Muerto Gómez, Gallegos regresa a Caracas y al año siguiente el presidente, general Eleazar López Contreras lo nombra ministro de Instrucción Pública, pero su desacuerdo con algunas orientaciones del régimen lo llevaron a la renuncia a los pocos meses. Publicó “Pobre Negro”(1937). Atraído por el cine, funda los Estudios Ávila y mientras en México llevan “Doña Bárbara” al cine, publica en forma simultánea en Venezuela y España, su nueva novela “Sobre la misma tierra”. Nos limitamos aquí a compartir su actividad literaria, dejando de lado su relación con la política, importante en su vida, pero a nosotros nos interesa su actividad como representante de las letras venezolanas. En La Habana Gallegos publicó “La brizna de paja en el viento” y una novela de ambiente mexicano “La brisa en el pico del cuervo”, publicada después de su muerte como “Tierra bajo los pies”. En 1964, con motivo de sus 80 años se creó el premio de novela que lleva su nombre. En medio de una consternación general, Gallegos murió en Caracas el 5 de abril de 1969.
      ¿Cuál es el mensaje que nos deja la obra Doña Bárbara?
Esta obra literaria inspirada en los Llanos apureños, simboliza la lucha entre dos fuerzas, el bien y el mal; la civilización y la barbarie. Es una novela realista, hay en ella una observación profunda del mundo, una marcada descripción de una realidad, su intención va más allá de lo literiario.
(Fuente de consulta: El Universal)
                 ANDRÉS ELOY BLANCO:   Compañero y amigo en la lucha política de Rómulo Gallegos, fue Andrés Eloy Blanco Meaño. Nacido el 6 de agosto de 1896 en la ciudad de Cumaná. Además de ser reconocido como el poeta del pueblo venezolano, abogado, escritor, político y fino humorista, fue canciller de Gallegos en 1948. Se incorporó en Caracas al Círculo de Bellas Artes en 1913 y en 1918 recibió su primer galardón por el poema pastoral "Canto a la espiga y al arado", publicó su primera obra dramática, “El huerto de la epopeya”. Fue encarcelado por participar en manifestaciones contra el régimen gomecista. En 1923 obtuvo el primer premio en los Juegos Florales de Santander, España, con su celebrado "Canto a España". En 1924 fue nombrado miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. En 1928 editaba clandestino el periódico disidente "El Imparcial" y fue detenido tras el fallido golpe de estado del 7 de abril y confinado al castillo de Puerto Cabello, donde escribió “Barco de Piedra”. Fue liberado por motivos de salud en 1932. En 1934 publicó “Poda” con sus poemas más conocidos como “Las uvas del tiempo”, “La renuncia”, “La hilandera”, “Coplas del amor viajero”, "Píntame angelitos negros". Falleció el 21 de mayo de 1955 en un accidente de tránsito, en México. Sus restos fueron sepultados en Caracas el 6 de junio.
           ¿Cuáles valores se reflejan en la obra de Andrés Eloy Blanco?Escribió numerosas obras humorísticas y poéticas con un elevado sentido social, en el que siempre trataba de armonizar las clásicas ideas republicanas de igualdad, libertad y fraternidad, algo bastante difícil de realizar para cualquier escritor que no tuviera una preparación tan amplia como la que tenía Andrés Eloy Blanco.
(Fuente de consulta: El Universal) 
          ¿Quién no ha leído alguno de los libros de Rómulo gallegos, o los poemas de Andrés Eloy Blanco? Los recomiendo ampliamente. No pierdan la oportunidad de conocer más sobre la vida y obra de estos dos grandes escritores venezolanos.
 
Fragmento de "Doña Bárbara" de Rómulo Gallegos:
 "La llanura es bella y terrible a la vez; en ella caben holgadamente, hermosa vida y muerte atroz; ésta acecha por todas partes, pero allí nadie le teme.
(...)
Horas más tarde, míster Danger la vio pasar, Lambedero abajo. La saludó a distancia, pero no obtuvo respuesta. Iba absorta, fija hacia delante la vista, al paso sosegado de su bestia, las bridas flojas entre las manos abandonadas sobre las piernas. Tierras áridas, quebradas por barrancas y surcadas de terroneras. Reses flacas, de miradas mustias, lamían aquí y allá, en una obsesión impresionante, los taludes y peladeros del triste paraje. Blanqueaban al sol las osamentas de las que ya habían sucumbido, víctimas de la tierra salitrosa que las enviciaba hasta hacerlas morir de hambre, olvidadas del pasto, y grandes bandadas de zamuros se cernían sobre la pestilencia de la carroña. Doña Bárbara se detuvo a contemplar la porfiada aberración del ganado y con pensamientos de sí misma materializados en sensación, sintió en la sequedad saburrosa de su lengua, ardida de fiebre y de sed, la aspereza y la amargura de aquella tierra que lamían las obstinadas lenguas bestiales. Así ella en su empeñoso afán de saborearle dulzuras a aquel amor que la consumía. Luego, haciendo un esfuerzo por librarse de la fascinación que aquellos sitios y aquel espectáculo ejercían sobre su espíritu, espoleó el caballo y prosiguió su errar sombrío. "
 
Poema de Andrés Eloy Blanco:Píntame angelitos negros
 
PÍNTAME ANGELITOS NEGROS 

--Ay, compadrito del alma,
¡Tan sano que estaba el negro!
Yo no le acataba el pliegue,
yo no le miraba el hueso;
como yo me enflaquecía,
lo medía con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco
como yo me iba poniendo.
se me murió mi negrito;
dios lo tendría dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito de Cielo. 

--Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros. 

Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo,
que cuando pintas tus Vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro. 

Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero,
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros. 

¿No hay un pintor que pintara
angelitos de mi pueblo?
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ángel de buena familia
no basta para mi cielo. 

Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra,
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus ángeles morenos,
con sus angelitos blancos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negro,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo. 


 
                     **************************
 
  

 
 
 

 
 


 
 AQUILES NAZOA  
 

   

      El gran Aquiles Nazoa, poeta, humorista, periodista y ensayista venezolano, nació en Caracas, Venezuela, el 17 de mayo de 1920. Sus orígenes los encontramos en un populoso barrio de la ciudad capitalina  de Caracas llamada el guarataro. Sus primeros estudios los realiza en la Parroquia San Juan, y más tarde se convierte en autodidacta debido a la precaria situación hogareña, ya que desde los 12 años decide trabajar para colaborar con el sustento familiar. Su conocido temperamento viene condicionado y fuertemente marcado por su gentilicio caraqueño, que hacen de él un escritor que impregna su obra de humor y agudeza. 

                Entre los oficios que desempeñó se cuentan: empaquetador en el Diario El Universal, del que luego será corrector de pruebas y corresponsal en Puerto Cabello–actividad que le llevó al arrestó en 1940 tras ser acusado por difamación e injuria–, hasta llegar a tener su propia columna titulada “Punta de lanza”. Gracias a su dominio del inglés y el francés fue guía de turistas en el Museo de Bellas Artes; trabajó en Radio Tropical y como reportero del diario Últimas Noticias; colaboró en el semanario El Morrocoy Azul y en el diario El Nacional; fundó los característicos “La Pava Macha” y “El Tocador de Señoras” con agudo corte satírico; escribió para la revista colombiana “Sábado”; director de la revista Zig-Zag, en La Habana y de la revista Fantoches, en Caracas. Fue co-guionista de La Balandra Isabel llegó esta tarde, basada en el cuento homónimo de Guillermo Meneses y dirigida por el argentino Carlos Hugo Christensen. 

               En 1948 Aquiles Nazoa recibió el Premio Nacional de Periodismo en la especialidad de Escritores, Humoristas y Costumbristas. Entre 1956 y 1958 vivió en el exilio por oponerse al régimen de Marcos Pérez Jiménez. En 1961 alzó su voz solidaria a favor de la Revolución Cubana, dando conferencias y recitales de protesta. En 1967 recibió el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal, y dedicó sus esfuerzos a la producción del programa Las cosas más sencillas, para la televisión nacional; experiencia que le reafirmó como el poeta del pueblo y sus creaciones, bellamente resumido en su Credo.

             Aquiles Nazoa muere el 25 de abril de 1976, en un accidente automovilístico.    

               Para mi, personalmente, Aquiles Nazoa ha sido uno de los poetas, que en mi adolescencia liceísta, marcaron un hito. Tuve el privilegio de escucharlo declamar en el Liceo Miguel Peña, y desde

ese entonces, Aquiles me contagió ese gusto por la poesía con humor y agudeza. Ese día me dió una muestra de amistad, al obsequiarme  su firma después del acto en el liceo Miguel Peña, firma que  guardo celosamente. Entre mis tantos tesoros, puedo contar sus libros:

Humor y amor, edición normal y edición de lujo. El caballo de manteca (o manteca de caballo), El ruiseñor de catuche, y El burro flautista.

          Leer los poemas de Aquiles Nazoa, es adentrase en un mundo mágico, de imágenes y sentimientos, de humor y costumbres que se fueron olvidando a través del tiempo, pero que han quedado vivas en la fértil imaginación de este gran poeta contemporáneo.     

Una muestra de sus genialidades la podemos apreciar en su famoso Credo:

 Creo en Pablo Picasso, todopoderoso, creador del cielo y de la tierra; creo en CharlieChaplin, hijo de las violetas y de los ratones, quefue crucificado, muerto y sepultado por el tiempo, pero que cada día resucita en el corazón de los hombres; creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable; creo en los grillos que pueblan la noche de mágicos cristales;creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa; creo en la cualidad aérea del ser humano, configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose como una purísima paloma herida bajo el cielo del Mediterráneo; creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente debajo de la almohada de mi niñez; creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música, yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré, salir liberada y radiante a la dulce Eurídice del infierno de mi alma; creo en Rainer María Rilke,

héroe de la lucha del hombre por la belleza, que sacrificó su vida al acto de cortar una rosa para una mujer; creo en las flores que brotaron del cadáver
adolescente de Ofelia; creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar; creo en un barco esbelto y distantísimo que salió hace un siglo al encuentro de la aurora, su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles, y junto a sus sienes un resplandor de estrellas; creo en el perro de Ulises, en el gato risueño de Alicia en el País de las Maravillas, en el loro de Robinson Crusoe, en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta, en Beralfiro el caballo de Rolando,y en las abejas que labraron su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero; creo en la amistad como el invento más bello del hombre; creo en los poderes creadores del pueblo; creo en la poesía y en fin, creo en mí mismo, puesto que sé
que hay alguien que me ama.

Ese es Aquiles Nazoa, que aunque haya pasado a recrear su humor en los cielos, sigue vivo en todos aquellos que amamos la poesía.

                                                            **********

 

ERNESTO LUS RODRÍGUEZ

Este poeta venezolano, ha sido considerado uno de los exponentes más destacados de la poesía popular venezolana. Ernesto Luis Rodríguez oriundo del estado Guárico, nació el 29 de febrero de 1916 en Zaraza y falleció el 24 de octubre de 1999, en Caracas, a sus 83 años de edad. Nacido del matrimonio de  Ernesto Rodríguez Arroyo y Domitila Morales, fueron ellos quienes observaron su inquietud por la copla desde muy temprana edad.

         Cuando tenía tan solo 12 años, su padre falleció, teniendo así que abandonar la escuela. Se trasladó a Caracas, allí comenzó a desarrollar el oficio de cobrador de bicicleta, según lo cuenta en los versos autobiográficos de su Poema Testamento.

         Luego de unos años regresó a Zaraza, su ciudad natal; donde comenzó su larga trayectoria al servicio del Estado, desempeñándose en cargos que van desde escriba y secretario de la Jefatura Civil de su pueblo, hasta Senador de la República por el estado Cojedes.

     


         Cuando tenía 20 años publicó su primer poemario titulado Agraz (1936), el cual dedicó a su padre, refiriéndose a él como compañero del mismo itinerario y a su hermana Elsa, quien falleciera a los nueve años.

Desde la publicación de su primera pieza literaria su vida giró radicalmente, pues inició su incesante labor lírica, la cual se prolongó en obras como Cantares de Tierra Llana (1938); Pasitrote (1948), del cual se han realizado nueve ediciones; El Color de Entonces (sonetos 1957); Arriero (1960); Arriba Capitán, (1971); Ernesto Luis Rodríguez y sus poemas, Obras Completas (1971); Tiempo de volver (1982); La copla infinita (1961) y Desde el Olvido (1995), entre otros.


          Durante toda su vida  participó activamente en el movimiento cultural venezolano, labor que entre múltiples reconocimientos le brindó la satisfacción de ser nombrado Hijo Ilustre de Zaraza, por su fibra cultural humanística y dotes de excelente poeta, además de ciudadano ejemplar, valores por los cuales es recordado.

          El 22 de noviembre de 1965 se fundó la Casa de la Cultura de Zaraza, la cual se honra en llevar su nombre, por ser considerado puntero de la poesía venezolana de todas las épocas.

                         Sus obras trascendieron mucho más allá de la poesía popular, pues sus letras se alzaron para himnos de universidades, instituciones militares, deportivas y municipales, siendo premiadas -más de treinta- en diversos concursos.

       Hoy recordamos a nuestro poeta Ernesto Luis Rodríguez como un gran exponente de la poesía costumbrista de Venezuela.

Desde que era liceísta, he admirado a este poeta por la frescura de sus poemas, por su acento llanero, por su gracia intrínseca, inclusive por su lirismo.

Cuento en mi haber varios libros de su autoría: Arriero, Obras completas, y mis dos joyas: El color de entonces y Pasitrote, adquiridas a través de un anticuario. Estos últimos son libros que adquirí usados, y uno de ellos trae una dedicatoria firmada por Ernesto Luis Rodríguez, para el escritor Edoardo Crema.

 

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